Un día con Hernán Andrade
Gracias Dios por bendecirme con mucho más de lo que me merezco.
Un hogar.
Una familia de trabajo.
Un sustento económico.
Incontables amistades.
Señores de la mesa directiva. Todos presentes:
Y llegó el día... 31 de agosto de 2021 que inicié esta nueva etapa de mi existencia. Después de 36 años de trabajar en la docencia, llegó la hora de retirarme. Es una gran satisfacción poder compartir con todos ustedes este momento, para agradecerles infinitamente por haber sido parte de mi trayectoria laboral.
Se acumulan en la cabeza cientos de recuerdos de esta maravillosa profesión que elegí y que me ha aportado muchas lecciones de vida de las que aprendí e intenté transmitir a todos mis alumnos. Durante todos estos años trabajé como maestro de escuela primaria, una profesión muy noble, no siempre bien remunerada y que algunas veces no obtiene el reconocimiento social que merece, pero que sigue siendo el trabajo más hermoso del mundo.
Cuando inicié esta hermosa aventura el 7 de noviembre de 1985, recuerdo haber llegado a una escuela muy distante en ese tiempo, Escuela Cenepa, sector los Ángeles de la Parroquia Amazonas, aún muy joven cuando empecé. Me quedan muchos recuerdos de mis inicios como maestro, como el día que llegué a ésta mi primera escuela, muy angustiado por su lejanía y la soledad.
Posteriormente en las escuelas:
- Sin Nombre del caserío Chanzats de la parroquia Bomboiza 10-02-1987.
- Provincia de Pichincha, sector las Peñas de la parroquia Bomboiza 20-05-1989.
- Camilo Ponce Enríquez caserío el Ideal en ese entonces de la parroquia Nueva Tarqui 09-05-1990.
- Escuela Fiscomisional Pedro de Vergara, 21-11-1997, 23 años.
Quiero agradecer en Primer lugar a Dios por mantenerme con vida, con salud, por guiarme durante todos estos 36 de docencia.
La presencia de ustedes distinguidas autoridades, dan el tinte de solemnidad a este evento, gracias por estar aquí.
Emocionado contar con la presencia de mi esposa Elvia, de mis hijos, agradecerles por acompañarme en este acto de gratitud que a lo mejor no soy merecedor y la pedirles disculpas a mis hijos, por no haber podido disfrutar de la niñez a plenitud, pues el trabajo absorbía la mayor parte del tiempo.
En este día tan especial quiero expresar, mi gratitud a cada uno de ustedes compañeros maestros con quienes he compartido la mayor parte del tiempo de ese trabajo incansable, agotador, así como momentos de alegría y otros de dolor durante todos estos años.
Mil disculpas si les fallé, muy exigente, quizá duro, pues siempre me gustó que las cosas salgan de lo mejor.
A los centenares de Padres de Familia, gracias por su colaboración, gracias por confiar en Nuestra Institución, gracias por confiar sus hijos en mi persona, espero no haberles defraudado.
A las autoridades del cantón y provincia que en su debido momento brindaron atención a las necesidades de estas escuelas, mil gracias.
A los estudiantes, razón de ser de las escuelas. Si miro hacia atrás, como en una película, no veo los obstáculos; veo sólo los rostros, los ojos, las sonrisas, las historias de tantos niños, centenares de niños me dieron la oportunidad de ser tutor en mi trayectoria docente, con los que compartí emociones, descubrimientos, la fatiga y la búsqueda de un camino juntos para aprender y servir a la sociedad. A sido tan satisfactorio, gratificante encontrar a tantos alumnos que me han contado sus logros como profesionales y que me han hecho sentir orgulloso de haber aportado mi granito de arena para que logren sus objetivos.
El mejor momento que viví fue durante mi estancia en la escuela “Fiscomisional Pedro de Vergara” escuela que me dio la oportunidad de prestar mis servicios por 23 años y ser profesor de cientos de estudiantes entre ellos a dos de mis tres hijos un orgullo para un padre.
Sentimientos encontrados vienen a mi mente: alegría, tristeza, nostalgia, satisfacción, alivio y tranquilidad. Son momentos muy emotivos donde se mezclan tantos sentimientos. Pero puedo decir que me voy satisfecho al saber que siempre me he esforzado en mi trabajo.
Gracias a todos los presentes por estar aquí en este acto de despedida, que lo llevaré en lo profundo de mi corazón.
Gracias a todos los que hicieron posible este evento.
Gracias a todos los que han enriquecido mi mundo con su apoyo, con su lealtad, con su optimismo, con su afecto.
Querido pasado, estoy agradecido por tus lecciones. Querido futuro, estoy listo. Querido Dios, gracias por darme la oportunidad de vivir una nueva etapa en mi vida terrenal.
Señores y señoras.
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